La regla sigue siendo una odisea para la mayoría de las mujeres de planeta. La falta de educación, el estigma sobre el ciclo menstrual o la falta de recursos hace que este estado natural sea tan señalado como escondido, atentando con la salud física y mental de las personas que menstrúan
Día uno del ciclo menstrual: sangras. La sensibilidad en los pechos ya te lo advertía. Te duele ligeramente el abdomen, el cuerpo rechaza más cosas que las habituales. Los jeans bajos de la talla 38… no, mejor los leggins. Te hinchas porque la “retención de agua se asocia a la disminución de la progesterona elevada durante la fase lútea del ciclo menstrual”, lees. Te sientes afortunada al saber todo lo que pasa en tu cuerpo, que todo tiene un porqué, que es lo normal, que lo malo sería que no pasase. En tres o cuatro días te sentirás plena y llena de energía; mientras tanto vas a cuidarte, comer bajo en sal, darte un capricho de chocolate y quizás un baño de espuma antes de acostarte. Ufff, te matan los riñones. Una bolsa de agua caliente. ¿Pizza para cenar? Pizza para cenar. Te cambias la copa, el tampón o la compresa y ya queda menos. Antes de dormir vuelves a leer sobre el tema: “El 48% de las jóvenes iraníes consideran menstruar una enfermedad”. No. No, que va. Eso no es cierto. Sigues leyendo y descubres que el estigma sobre la regla no cesa.
Lo que se piensa que es la regla
En numerosos países subdesarrollados el ciclo menstrual es todo un desconocido y la regla es tratada como un ente maligno al que es mejor ocultar y con ella a las mujeres que sufren en silencio la falta de información, de higiene y de soluciones a algunos de los síntomas de algo tan natural como la regla.
En Afganistán no solo es difícil acceder a productos sanitarios como compresas o tampones, sino que está mal visto mantener la higiene habitual creyendo erróneamente que asearse mientras se menstrúa es una manera de propiciar la infertilidad. Pero, en cuanto higiene, no es lo más grave que nos encontramos en el planeta. En India se considera a las mujeres con la regla como malditas. Tampoco deben lavarse y por culpa del poco acceso que tienen a los productos sanitarios -el 70% de las mujeres no pueden permitirse la compra de compresas- y a la vergüenza a la que se exponen cuando menstrúan, intentan ocultarla a toda costa. Trapos, hojas e incluso arena o ceniza, así es como las mujeres intentan aglutinar la sangre en el país surasiático, lo que conlleva a graves infecciones e, incluso, a la muerte.
The Pad Project es uno de los proyectos que mejoran la vida de las mujeres expuestas a este riesgo innecesario en la India proporcionándoles compresas a un bajo coste: 13 céntimos la unidad. Arunachalam Muruganantham es quien impulsa esta iniciativa gracias a la curiosidad y la obstinación. Movido por la idea de confeccionar para su mujer un sistema de retención de la sangre, logró diseñar una máquina para fabricar compresas con materiales reciclados. Actualmente y después de ser rechazado por la mayoría de personas a las que pidió colaboración y sin tener ni idea de qué era realmente la menstruación, tiene 1300 máquinas repartidas por 27 estados de la India y cada máquina emplea a 10 mujeres. Una pequeña gran aportación que espera expandirse a otros lugares del planeta como por ejemplo Kenia, donde la situación no es muy distinta. Puedes saber más sobre este proyecto en el documental Period. End of sentence, ganador de un Óscar y disponible en Netflix.
Movido por las supersticiones, el rechazo a la regla se hace latente en la comunidad vecina de la India, Bangladesh, donde las mujeres han de enterrar los trapos que contienen la sangre de su menstruación para así no atraer a los malos espíritus. Supersticiosos, también, en Tanzania. En la costa de África central se dice que quien vea la sangre de la menstruación quedará maldito.
En países en vías de desarrollo también encontramos trabas a la salud social de las personas que menstrúan. En Bolivia existe una extendida creencia que alega que la sangre de la regla provoca cáncer, por esa misma razón los productos sanitarios se desechan a parte. Esto implica una vergüenza adherida a los primeros días del ciclo, por lo que las mujeres, sobre todo las niñas, portan los sanitarios sucios intentando retrasar lo máximo posible el cambio de compresa o tampón. No solo la falta de higiene es un problema, sino que el SST (Síndrome de Shock Tóxico), una infección grave causada por las bacterias Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes. Tiene una relación muy cercana con tampones que no se cambian con regularidad. Es poco común, pero el cambio no regular aumenta el riesgo de padecerlo.
Lo que realmente es la regla
La regla no es más que el sangrado vaginal que se produce a principios del ciclo menstrual. Cuando el óvulo que pretendía ser fecundado, no lo es, se expulsa. El endometrio, que se preparaba engrosándose para recibir el óvulo y nutrirlo, se desprende para volver a iniciar el proceso y… et voilá! La regla, periodo o menstruación (como quieras llamarlo) baja y comienza de nuevo el ciclo.
- La regla, bajo ningún caso, es una enfermedad. Sin embargo puede venir -o no venir- acompañada de algunas patologías como la amenorrea, que es la falta total de regla. La única amenorrea naturalmente sana es la que ocurre con el embarazo o la menopausia. Por norma general el periodo llega entre los 12-16 años y tiene una duración de unos cuarenta años. Todo lo contrario sería una regla abundante, menorragia, más de 80 cl por menstruación. En ambos casos hay que acudir al médico.
- Por norma general la regla no debería doler. Viene acompañada de algunas molestias abdominales, sensibilidad en los senos y algunos cambios de humor por el ciclo hormonal, pero no como para dejar de hacer vida normal. Cuando el dolor es intenso, podríamos estar hablando de poliquistosis ovárica. Lo mejor es acudir al médico y en el caso de tener SOP (Síndrome del Ovario Poliquístico) puedes barajar varios tratamientos hormonales si se desea, o cambiar los hábitos alimenticios y aumentar el ejercicio físico para contrarrestar los síntomas.
- Hay varios sistemas de recogida de la sangre: tampones, compresas, copa menstrual, un método que se está popularizando los últimos meses por su comodidad, higiene y por no dejar residuos en el medio ambiente y braguitas absorbentes, que tampoco dejan residuos y ¡son muy cómodas! Las compresas de tela lavables también son una buena solución para ser eco friendly.
- No todo el mundo practica la recogida de sangre para luego desecharla, sino que se ve tentada al free-bleeding o sangrado libre, que es dejar la sangre salir de manera natural. Esta práctica defiende que las personas que menstrúan son capaces de controlar los músculos vaginales para recoger de manera natural la sangre para expulsarla más tarde en, por ejemplo, el baño. Hacen símil con el control de la orina en la vejiga.
- El ciclo menstrual no es lo mismo que la regla, algo que confunde mucho. El ciclo menstrual son todos los cambios que se producen en el cuerpo a nivel físico y hormonal entre menstruación y menstruación. El ciclo tiene una media de duración de 28 días y suele ser regular. Patologías como las ya nombradas pueden alterar el ciclo. Si quieres aprender sobre la regla te dejamos uno de nuestros perfiles de instagram favoritos sobre la menstruación, el ciclo menstrual y sexualidad.
La regla pertenece a un ciclo con fin, un proceso fisiológico que acaba para dar paso a nuevas reacciones y procesos necesarios para seguir; algo que parece no extrapolarse en la sociedad mundial que no cierra el grifo del estigma, de la culpabilización de la mujer y de la ignorancia. Cómo se ha podido alcanzar la Luna sin saber lo que pasa dentro de un útero.
¿Quieres saber más?
Te dejamos algunos links de interés para que te sumerjas en un mundo semi desconocido pero muy interesante:
Libros:
Nacidas para el placer, Mireia Darder
El libro de la vagina, Nina Brochmann y Ellen Stokken Dahl
Documentales:
Period. End of sense, Rayka Zehtabchi
Métodos de recogida de sangre:
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